
«Hay un secreto que los verdaderos escritores conocen y los aspirantes no, y es el siguiente: lo difícil no es escribir; lo difícil es sentarse a escribir.
Lo que hace que sentarse a escribir sea tan complicado es la Resistencia»
-Steven pressfield, la guerra del arte-
La resistencia.
¿Alguna vez has dejado de hacer algo que sabías que era bueno para ti, para tu futuro, para lograr tus objetivos sin una buena razón? Entonces has sentido el poder de la Resistencia.
La resistencia es esa fuerza que nos arrastra a no hacer nada. Nos paraliza, nos impide salir de nuestra zona de confort, nos anima a no cumplir con nuestros compromisos y eso nos condena a no alcanzar nuestros sueños.
La resistencia es poderosa y sutil. Te dice cosas como «No importa si no lo haces hoy», «No vas a ser capaz de hacerlo», «¿Para qué te metes en líos? Con lo bien que estás en la camita…» ¿Te suena? Seguro que sí. La resistencia es tu gran enemigo. Impide que hagas lo que realmente quieres hacer.
Todos vivimos dos vidas. La que vivimos y la que queremos vivir. Y la Resistencia es la fuerza que las separa.
El origen de la Resistencia eres tú.
La Resistencia nos afecta a todos por igual. Todo el vive o ha vivido la ha sentido. No eres el único que tiene que lidiar con ella. También tu amigos, tus vecinos, tus familiares, esa persona a la que tanto admiras. Incluso Elon Musk, el Tim Cook tienen que vencerla día a día.
La Resistencia es una fuerza, no hay muchas otras formas de definirla. Nace dentro de cada persona. Cuanto más importante y más beneficioso pueda resultar un asunto para ti, mayor será la Resistencia que generes. Es un autosabotaje en toda regla.
Muchas veces, esta Resistencia tiene forma de miedo, porque el miedo logra paralizarnos. ¿Pero sabes qué? Una decisión importante que puede cambiar tu vida para mejor te va a dar mucho miedo. El miedo es un indicador de la importancia de una decisión. ¡Para eso sirve! Cuando tengas miedo, no te paralices. Estás ante algo importante, usa la cabeza y recuerda que la Resistencia está trabajando en ti. La resistencia se alimenta del miedo.
También existe la Resistencia colectiva.
Cuando empieces a vencer tu Resistencia y estés centrando tus esfuerzos en cosas importantes aparecerán «amigos» que no entiendan qué haces. Por qué dejas ese trabajo, por qué te levantas temprano para hacer ejercicio o por qué no quieres ir a ese restaurante que solo sirve fritangas.
No les hagas caso. Su propia Resistencia se activa al verte vencer la tuya, y de pronto les recuerda que no han sido capaces de levantarse temprano y dedicar diez minutos al día a aprender algo nuevo. Que no están dispuestos a comprometerse con esa chica, o que no se han atrevido a sentarse a escribir el libro que hace tres años que tienen en la cabeza. Son víctimas de su propia Resistencia.
La Resistencia te hace infeliz
La Resistencia de hace infeliz. Cuando nos dejamos influir por la Resistencia nos aburrimos, nos ponemos tristes, empezamos a tener envidia de los demás, no podemos sentirnos satisfechos. La Resistencia nos engaña, nos hace pensar qu en la inactividad está la felicidad, en estar tirando en casa comiendo donuts. Pero es mentira. Eso solo nos lleva a odiarnos a nosotros mismos. La felicidad está en la actividad, en el intentarlo, en el desafío, en la aventura, en evitar la sensación de «quiero hacerlo pero no lo hago».
La Resistencia se hace más fuerte al final del camino.
Lo he sentido mil veces, cuando estoy a punto de terminar un proyecto -por ejemplo cuando escribí mi libro- el los últimos compases la Resistencia me atacaba con varios disfraces. Pensaba que no iba a salir, que iba a ser un negocio ruinoso. Pensaba que quién era yo para editar un libro de esas características, el síndrome del impostor a tope. Pensaba que no valía la pena dedicarle más tiempo y que debería hacer otra cosa.
Si te ocurre, recuerda que es la Resistencia intentando sabotearte de nuevo. No dejes el proyecto al 95%, haz el último impulso y remata la jugada.
La resistencia puede ser vencida.
Todo lo bello que hay en el mundo se ha hecho en oposición a la resistencia. Cualquier obra de arte, pero también el dispositivo en el que estás leyendo esto se ha diseñado y fabricado oponiéndose a la Resistencia. Así que la Resistencia puede ser vencida.
La Resistencia se vence volviéndose un «pro»
«Que la inspiración te pille trabajando.»
Pablo Picasso
Hay una diferencia clave entre las personas que hace las cosas que quieren hacer, aquellas que logran objetivos y alcanzan nuevas metas y las que no. Y esta diferencia es clave: Las personas que logran hacer lo que realmente desean HACEN COSAS. Así de básico. Dicho así parece absurdo, pero es real. La única diferencia es que HACEN LO QUE TIENEN QUE HACER. No se paran a escuchar las excusas, LO HACEN. No buscan a otras personas para echarles la culpa, LO HACEN. No esperan a mañana, LO HACEN. Y ya está. Eso es actuar como un profesional.
Los profesionales se sientan y LO HACEN. En tu trabajo, cuando hay una tarea que hacer, la haces. (Si eres un buen profesional). Y con esa actitud vences a la Resistencia. Aplica el mismo principio a tu vida y empezarás a avanzar casillas.
No esperes a que te llegue la inspiración. No esperes a que se alineen los astros. No esperes a que sea el momento perfecto. No va a ocurrir nunca. En realidad sí que ocurre. Las musas llegan, los astros se alinean, el momento puede el idóneo, pero solo cuando te pones a hacer lo que tienes que hacer.
La Resistencia se vence bajando a la tierra.
Hace unos meses, en un curso de GTD, me decían: «Una de las claves de la efectividad es bajar a la tierra, aterrizar las ideas etéreas que están en el aire y convertirlas en acciones físicas, en tareas realizables. Eso molesta a algunas personas.» Eso molesta porque es más rimbombante decir que eres «Sales Assistant» que decir que eres vendedor. Suena muy bien cuando dices: «Tengo que gestionar el proyecto de la academia online»… pero gestionar no es nada. Aterrízalo. ¿Qué hay que hacer? ¿Cómo lo haría un profesional? ¿Tienes que ver precios de hostings para ver cual te conviene más? Pues aterriza la tarea: «Apuntar 5 opciones de hosting para la web y seleccionar el que más me conviene.» Es mucho más difícil que la Resistencia actúa frente a una tarea concreta y física con los limites bien establecidos. La haces y punto.
La Resistencia se vence creando hábitos.
Porque los hábitos, una vez integrados, no requieren fuerza de voluntad. Se hacen de forma automática. La fuerza de voluntad es la que hace falta para crear los hábitos.
Cuando trabajes en un nuevo hábito imagina que estás creando un muro de contención para la Resistencia. Si un día incumples, estás creando un brecha por la que la Resistencia entrará y romperá todo el muro. Crea muros infranqueables.
La Resistencia se vence mejorando las aptitudes.
Los profesionales manejas sus herramientas de trabajo con soltura. Sabes que dependen de ellas para ser más efectivos. Los aficionados no dedican tiempo a aprender a usar nada, y no sacan rendimiento de las herramientas que tienen. Y eso, en este mundo llenito de herramientas y recursos, es un problema.
Date un tiempo para aprender a usar ese programa informático que siempre usas y al que no le sacas rendimiento. Dedícate a afilar la sierra de vez en cuando, será más fácil cortar los árboles.
La Resistencia se vence sabiendo que todo lleva un tiempo.
Los profesionales saben que todo lleva un tiempo. Nada es inmediato. Y lo asumen con normalidad. Hacer una web lleva unas horas, levantar un muro, también. Conseguir resultados a través de nuevos hábitos saludables, también lleva tiempo. La Resistencia querrá aprovecharse de que no te gusta esperar.
La Resistencia se vence cuando las cosas no se toman de forma personal.
A la Resistencia le encanta tu Ego. Acudirá a él siempre que pueda para impedirte hacer lo que realmente quieres hacer. Y los fracasos, los fallos, los errores, le encantan.
Separa tus éxitos o fracasos de tu ego. Las cosas no se consiguen a la primera, el éxito está más cerca cada vez que fallas. Mira la historia de Thomas Edison, al que le llevó 1.000 intentos lograr la bombilla.
La guerra del Arte
Todo esto que has leído son mis apuntes de La Guerra del Arte, un libro escrito por Steven Pressfield. Steven es conocido por ser el autor de La leyenda de Bagger Vance, novela de la que luego se hizo una peli.
Es un libro interesante, aunque al final se vuelve un poco etéreo. Creo que las ideas son buenas y aplicables a muchas cosas. Por eso decidí compartirlas contigo.
Tomando acción frente a la Resistencia
Ahora te pregunto:
- ¿Qué es eso que quieres hacer pero que la Resistencia te pone difícil?
Encuéntralo, defínelo. ¡Escríbelo!
- ¿Qué te dice la Resistencia para que no tomes acción? ¿Qué estrategia de sabotaje usa?
Escríbelo también.
- ¿Qué acción concreta, aterrizada, física y visible puedes llevar a cabo para que la Resistencia no pueda contigo?
Crear hábitos saludables -que es lo que nos ocupa- lleva tiempo. Aterriza la idea de forma clara. Escríbela como si tuviese que hacerla otra persona. Descríbela físicamente: «Voy a levantarme a las 07:00 para hacer 20 flexiones al día y dedicar 10 minutos a la meditación.» Cuanto más concreto seas, mejor.
- Repítete, día tras día, esa tarea y hazla. Llueva o truene. Tu, hazla, sin opción.
Estarás creando un muro contra la Resistencia. Un muro que puede cambiar tu vida para siempre.

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